Como un punto en blanco dentro de una página en negro, surge aquel chico con cara de bueno. Con su andar cansino, lento, como el que va a ninguna parte, como el que no tiene motivos para ir, pero simplemente va. Así se desliza entre la gente gris, llena de prisas y sinsabores.
Así, muestra su libro rojo, del rojo de la ira, del rojo de una bandera comunista, del rojo del brotar de una herida la sangre (Eduardo Galeano)
El libro pasea entre la gente, se mueve entre la marea. Un rojo frente a tonos oscuros y grises. Un libro rojo ante la intolerancia y lo artificial. Sólo un libro rojo ante tanta miseria.
El viento apenas mecía su pelo grasiento. Sus gafas gastadas y sucias buscaban la punta de su nariz continuadamente. Los pantalones de pana anchos dejaban entrever sus grandes piernas.
Sin embargo, era feliz.
Con la mirada de cordero degollado. Con la frente sudorosa, con las manos inquietas, avanzaba como todos los días a su trabajo en la calle de la esperanza. Como un punto rojo, visto desde el cielo, rodeado de grises. Como un color frente a su ausencia.
Desde tan lejos... nunca pensé que razonaba como el resto de la gente. Desde tan lejos, nunca imaginé que pudiera acercarme tanto al presente.
domingo, noviembre 27, 2005
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1 comentario:
un color frente a su ausencia.
Así deberíamos caminar todos nuestra vida como puntos rojos en la marea de los grises que nos rodean, pero nos solemos camuflar de gris demasiadas veces.
Un placer leerte
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