Recitar, hablar, cantar. Todo nace y todo sale. Desde el corazón, desde las vísceras, desde donde nadie nunca se atreve a citar. Por dentro, hacia dentro, desde dentro, en un camino de posibilidades, hasta cuando haya alguien que pueda estar a tu lado para vivirlo. Hasta que todo te rodee en el momento y tiempo justo, como quieres y cuando quieres. Sintiendo en planos largos, en horizontes que asoman lejanías y dotan cada día de sentidos distintos. Sentidos cuya suma forman uno, forman el arededor, te forman a tí mismo. Son un sucesión de "ayeres" que fijan el momento actual, y cimientan los futuros. Y todo a base de plabaras, cantes y recitales.Y todo con una sonrisa.
 

Paleta de grises (cap. I)

Comenzaba a chispear las primeras gotas de lluvia sobre el cristal. Desanimado por el restraso del tren, comenzó a escudriñar los gestos de las pocas personas que quedaban en el vagón. El olor mezcla de sudor y esfuerzo impreganaba los asientos que antes estuvieron ocupados por los trabajadores incansables, de turnos de doce horas y comidas rancias y escasas. La guerra no había dejado más que un reguero de caminos mustios, desgastados, sin vida. Mirar por la ventanilla era asomarse a la expresión de la desilusión de los campos, a la soledad de los pueblos carcomidos por lo que hace sólo un año era la locura de dos pensamientos dentro de un mismo país. Despegando de su bolsillo el papel de periódico, grasiento, pudo sacar un trozo de queso, de aspecto mohoso, que no dudó en llevarse a la boca. Con la boina calada, la camisa de cuadros, plena de zurcidos, casi los mismos zurcidos que llevaba en el corazón, miraba con ojos entornados, a través de su propio reflejo, el cartel de la estación que anunciaba su parada. Barcelona. Era ya un experto en empezar su vida desde cero, pero esta vez notaba una extraña sensación de que todo iba a cambiar...

Escuchando... Quique González - Vidas Cruzadas

Fumata blanca

Vamos a ver, vamos a ver. Pero qué clase de chimenea han instalado allá en el Vaticano. Si parece que es la chimenea de la casa de mi abuela. Que digo, la de mi abuela es mucho mejor. Yo me imaginaba una chimenea más pomposa, más Da Vinci. Pero, no. Es una chimenea vulgar, vulgaris. Y además,por mucha química que le hechen a la estufita de marras, el humo que salga más alla de las horas en que no hay sol (es decir, la tarde) parecerá blanco, y así todos gritarán "ahhhh..." y nada. Nasti de plasti, que no, que el humo es negro, jolín. Que no hay papa. Con la ilu que tengo por tener un papa negrito... cachis.

Para mi desdicha me encuentro inmerso en una de las tareas más difíciles de los tiempos actuales. Sí, señoras y señores, busco piso. Busco alojamiento, techo, vivienda, habitáculo, rinconcito, choza, kelly, apartamento, domicilio, hogar, etc. Y llevo tres meses en ello. Sirva mi experiencia para tener la capacidad de traducir cada anuncio que me encuentro. Cando un anuncio dice "piso luminoso", sin duda es un piso interior, y tiene menos luz que mi actual vivienda por la noche. Cuando un anuncio dice "loft" o "ideal parejas", seguro que tiene menos de 35 metros cuadrados, y tendrás la suerte de poder hacerte el desayuno desde tu propia cama. Ya si nos metemos por el centro de Madrid, los pisos son más altos que anchos. Sí, sí, ¿para que coño quiero yo una altura de cuatro metros en una habitación de dos por dos? Además he empezado a prepararme físicamente para buscar piso, ya que muchos de ellos no tienen ascensor, esos sí, se venden como "áticos preciosos". También es una suerte encontrar antiguas porterías, locales comerciales reciclados a viviendas, sótanos, etc. a precio de cojón de obispo.
Vamos que el mercado está a punto de caramelo. Estoy pensando que con un poco de suerte me alquilo un pisillo en Sevilla la nueva, a sólo 37 kms de Madrid.

Las estaciones son siempre los mejores lugares para pensar. En una estación siempre te sobra o te falta el tiempo, y son síntoma inequívoco de una despedida, o de un reencuentro, o de un gran viaje. Son el comienzo, el final o el medio de nuestras vidas. A veces, incluso parece que viajamos a ningún lugar en concreto... pero nunca dejamos de salir o entrar en una. Son efímeras , pero inevitables. Son el abrigo de abrazos, encuentros, besos, despedidas, partidas, huídas, llantos, miserias, esperanzas...