Por circunstancias de la vida, tengo que tratar a menudo con gentes de mono azul, hombres hechos y derechos, de manos endurecidas por el tiempo.
Los hay de todo tipo, los hay que hace tiempo que se conformaron con la vida que tienen, y que se limitan a dejar pasar el tiempo, en busca de "placebos", alcohol y demás señoritas de compañía. Los hay inconformistas, que te reprochan cada una de tus decisiones, por aquel extraño orgullo de que alguien que puede ser su hijo les pueda decir como hacer su trabajo. Los hay felices con el trabajo que desarrollan, calmados, que no tienen problemas en escuchar nuevas opiniones. Y luego están los que creen que nunca se equivocan. A ellos, a los que se creen que nunca se equivocan, siempre les digo que yo, desde que me levanto hasta que me acuesto, estoy continuamente equivocándome. Y normalmente, me paso el día rectificando mis errores.
Pero una de las partes que más me gusta de mi trabajo es aprender de ellos, de sus vidas, sus alegrías y sus miserias. Son tantos, de lugares tan distintos, que lo único que les une son las manchas de su mono azul. Son tantos, que merecen ser tenidos en cuenta.
Desde tan lejos... nunca pensé que razonaba como el resto de la gente. Desde tan lejos, nunca imaginé que pudiera acercarme tanto al presente.
miércoles, noviembre 09, 2005
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2 comentarios:
presupongo que le gustará el último artículo de reverte:
http://www.xlsemanal.com/web/firma.php?id_edicion=467&id_firma=1530
En el pueblo donde vivo se dice que "hasta del más tonto se aprende". QUizás pueda parecer ofensivo, pero si reflexionamos podremos llegar a ver nuevos aspectos o diferentes aspectos de una misma situación al escuchar a los demás, puede que ese que consideremos tonto sea mucho más listo que nosotros para algunas o para muchas cosas.
Un saludito
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