El ritmo lo marca mi impulso. Mi impulso nace de un motivo. Mis motivos se transforman en mis actos. Mis actos crean nuevos motivos. Los motivos marcan mi ritmo.
Asoma, a lo lejos. Un paisaje, un motivo. Y el ritmo se acelera. Tengo que llegar, tengo que verlo, tengo que tocarlo…
Y de nuevo, ante mí, se erige. Concentrada. Impuesta. Enorme. Flotante. Extenuante…

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