Desde tan lejos... nunca pensé que razonaba como el resto de la gente. Desde tan lejos, nunca imaginé que pudiera acercarme tanto al presente.

lunes, mayo 08, 2006

Test de trenes

Cuando se marchó, le dejó abandonado respirando el aire envuelto con todo lo que significaba.

Respira, sólo hace un momento que has dejado en la estación, y ya extrañas todo lo que te rodea. Extrañas hasta el punto de echar de menos. No sabes cual será el momento en el que puedas sentir que el tiempo es circunstancial, que no es una barrera de distancias y de vidas diferentes.

Caminas hacia el coche. Respiras. Puedes sentir tu respiración, y el corazón acelerado mientras corres asustado. Te escuchas a ti mismo pensar en blanco. No piensas porque no sabes que hacer.

Arrancas el coche. Aceleras. Deja que pase el tiempo hasta el siguiente semáforo, para decidir el camino. Piensas en mañana. En pasado mañana. En pasado, pasado mañana. Reduces marcha, frenas. Aparcas.

Está ahí, se acerca. No puedes arrancar otra vez. Sería absurdo. Se dirige rápidamente hacia ti. Un ruido estridente te devuelve a la realidad. Cada vez está más cerca. Sientes que sudas, que tu pecho palpita empujado por el corazón, empujado por la sangre, que cada vez corre más rápido. Tan rápido que ni valoras salir del coche.

De repente, un ráfaga de colores fusionados se cruzan delante de la ventanilla. No sabes distinguir, no escuchas. La bocina del tren anula todo el pensamiento. Ya está. El tren ya ha pasado. Se va. Se marcha llevando lo que eras, eres, serás. De un plumazo. Has perdido el tren. Todo ha pasado. Ni tus ojos, ni tus manos, ni tus oídos, ni tu boca, ni tu olfato, ni tu sentido de la obviedad, han sabido reaccionar.

Arrancas el coche, das marcha atrás, hay que buscar. Hay que esperar. Hay que encontrar. Hay que montar en otro tren...

1 comentario:

Anónimo dijo...

He sentido algo parecido hoy cuando llegaba tarde a la oficina. Afortunadamente mi jefe todavía no había llegado y he respirado hondo.