Desde tan lejos... nunca pensé que razonaba como el resto de la gente. Desde tan lejos, nunca imaginé que pudiera acercarme tanto al presente.

lunes, mayo 15, 2006

Preguntemos

Estolas en el aire, surgen de la nada, resucitan, conmueven los sentidos. Son nubes que abrazan las palmeras, que surgen del vacío. Allí está. Parado. La tormenta se avecina. Lo malo del tiempo que llenan los días sin tener nada que hacer es que hace pensar continuamente. Pensar y esperar, preguntarse, qué es lo que realmente quieres. Cuando no has visto más que un montón de piedras sin techo. Cuando ser feliz es tener algo más que comer o dormir en el día. Todo esto más un sin fin de conjeturas de idas y venidas, de esperas. Los turistas, son de colores. Son de piel blanca. Sonríen, no aparentan preocupaciones. Sólo se pregunta que hace falta para llevar esas ropas, qué hace falta para no tener preocupaciones. Allá, en la tierra del turista no parece faltar de nada. Y esto ansía en todo su ser, consume el tiempo formando deseos de compartir esa suerte con aquella gente de piel blanca y ropa de colores. Si pudiera vivir en el país del turista, tendría dinero para poder comprar una casa a su familia.

Aquí no hay nada. Ni siquiera morir es digno. No tuvo suerte. Podría haber nacido en otro lugar del mundo. No hace falta haber visto más allá de su pueblo, para esperar que todo lo que hay fuera sea mejor que lo que tiene. Sí. Merece la pena arriesgarse. Morir ahogado no es una opción, no la contempla, simplemente porque no llegar al país del turista es morir de cualquier modo. No está triste, porque tiene la esperanza de llegar. Se aferra a la madera, húmeda y mira a sus compañeros, aprestados sudorosos, pero con una mirada al frente en busca de tierra, de sueños. No hay miedo, el miedo lo dejaron atrás. El agua golpea su cara, y las nubes cumplen su promesa en forma de tormenta. Pero cada minuto, cada segundo, están más cerca. Allí, más allá, al final del viaje, espera el futuro.







El puesto de la Cruz Roja, se mueve a un ritmo frenético. Nuevamente una nueva ola de emigrantes llega a las costas españolas. Dónde van. Qué es lo que quieren. No comprendo que buscan, exclama uno de los trabajadores. Qué hacemos, dónde los acogemos.

Una mayoría será repatriada. Otra mayoría aparecerá ya sin vida en la playa. Otra mayoría malvivirá en la ilegalidad del orden. Del orden vuelto absurdo, cuando no se encuentra la fórmula que una humanidad y razón. Mayoría de inmigrantes, mayoría de personas.

Si nos paramos a pensar, a preguntar. Preguntemos. Preguntemos a nuestros padres y a nuestros abuelos. Les preguntaremos cómo se buscaron la vida de jóvenes. Les preguntaremos por Argentina, por Rusia, por Francia, por Alemania, por Suiza. Y escuchemos las respuestas.

Después que nuestros abuelos y/o padres nos pregunten. Que nos pregunten por Marruecos, por Ecuador, por Bolivia, por África y por las Américas.

Y comparemos las respuestas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Molts inmigrants pobres venen aquí pensant-se que seran rics i aquí es troben amb la crua realitat, que els joves Espanyols tenim contractes escombreries i no tenim on viure.