Tuve que subirme a una silla, para llegar a la aldaba de la puerta de Buckingham Palace. Golpeé con fuerza, hasta que se abrió lentamente la puerta. Detrás un señor uniformado, hablaba un idioma extraño.
- Que si se baja la Isabel, inquirí.
Y me cerró con la puerta en las narices.
Desde tan lejos... nunca pensé que razonaba como el resto de la gente. Desde tan lejos, nunca imaginé que pudiera acercarme tanto al presente.
viernes, noviembre 17, 2006
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2 comentarios:
No creo que fuera la mejor compañía para darse una vuelta por lONDRES. A pasarlo bien.
pero chiquillo, si es que esos guardias tan encopetados no entienden más "idiosmas" que los portazos. O a lo mejor iba a bajar y te fuiste dejándola a ella con un palmo en las narices, ¿no crees?
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