Desde tan lejos... nunca pensé que razonaba como el resto de la gente. Desde tan lejos, nunca imaginé que pudiera acercarme tanto al presente.

martes, noviembre 07, 2006

La navaja de Occam y Clara Campoamor.

Hoy en día es complicado que una persona se haga a sí misma. Son tantas las circunstancias que nos afectan en un sentido o en otro que hasta la persona con más personalidad se deja llevar por la marea diaria.

Un día como hoy, hace setenta y cinco años, Clara Campoamor defendió en las Cortes el derecho de la mujer al voto en España. Ella, Margarita Nelken y Victoria Kent, eran mujeres hechas a sí mismas, que lucharon contra todo, todos y todas, en una época donde las mujeres eran pasto de la olla y el fórceps visceral de la catolicidad de sus esposos. Pese a ello, pese a todo, pese a todas, defendieron lo que creyeron justo, innovaron, perdieron el miedo, se arriesgaron. Y sin duda, ganaron. Pero su lucha no era una lucha que fuera para ellas. De hecho, tras conseguir en 1933 que todas las personas mayores de 23 años tuvieran derecho al voto sin ser condición su sexo en España, dos de ellas (Campoamor y Kent) perdieron sus escaños en las siguientes elecciones. Su lucha era el cimiento de algo grande. Su lucha era la semilla, que se planta esperando la mejor de las condiciones, y se riega con el abono más rico, pero que tarda en crecer tiempo…

Y un día como hoy, todavía residen en el olvido los nombres de Clara, de Margarita, de Victoria. Asusta imaginarse la cantidad de personas que siguen en el olvido, enterradas. Personas que dedicaron toda su vida a su pensamiento, a su creencia de justicia, y de rebote, influyeron en todos los que nos creemos que nos hacemos a nosotros mismos cada vez que levantamos la voz ante cualquier pantomima. Y los que se crean dueños de su personalidad, hombres y mujeres hechos a sí mismos en los tiempos actuales, que miren un poco de soslayo, al pasado, y se pregunten, que es lo que les ha venido dado, y cómo. Y de repente se verán pequeños, pequeñitos, enanitos. Y los aires de grandeza se convertirán en aires de respeto. Y a lo mejor, empiezan a recordar los nombres de los que han cimentado el edificio sobre el que ahora, levantamos las paredes de ladrillo…

La navaja de Occam o principio de economía o de parsimonia hace referencia a un tipo de razonamiento basado en una premisa muy simple: en igualdad de condiciones la solución más sencilla es probablemente la correcta.

Y en este caso, en igualdad de condiciones entre sexos, la solución más sencilla, ha tardado veinte siglos en entenderse. Y aún así, todavía queda mucho mundo por convencer. Menos mal que Clara Campoamor ha creado escuela. Por lo menos, en mi entorno, yo la siento presente. Y sentirla es algo de lo que no me avergüenzo lo más mínimo. Me enorgullezco de ello, y no dejaría de dar las gracias a aquellas que cada ciclo de la luna, me llenan tanto.

2 comentarios:

jAVieR dijo...

aMÉN

Anónimo dijo...

Buen post, refresca memoria.