Siempre hay alguien que pinta la raya, desde la que tomas la salida. Desde un punto de vista funcional, le restaba más de la mitad de su vida. Nunca dejas de aprender lecciones.
Me he comprado un libro de recetas, para ver si puedo cocinar los manjares más exquisitos. Pregunto a mis amigos mayores, sobre la convivencia. Escucho la radio, para estar al tanto de la última noticia. Incluso hago búsquedas diarias en el Google, para ver si encuentro alguna página web que me describa el resto de mi vida. Le pregunto a mis padres, a mis hermanos, de dónde vengo. Mi abuela me relata mis peripecias de cuando era un niño. Leo todos los libros que puedo a cerca de lo que se parece un poco a mi vida. Busco en las drogas el consuelo de esta búsqueda infructuosa. Me he comprado una casa, para tener una sede, desde la que pensar. Escucho todo tipo de música, para enseñar a mis oídos a entender todos los mensajes. Veo todas las películas que puedo, por si alguna es capaz de contenerme. He decidido querer a mi pareja de manera in contenida, para sentir todo el amor que puedo. Cuando me parece, discuto con algún amigo del alma, sobre las cosas más superfluas y a la vez más importantes, pero no encuentro la respuesta. Miro en los escaparates, por si me encuentro etiquetado, y puedo saber mi precio de venta al público. Viajo, para intentar encontrar mi lugar. Incluso intento escribir lo que se me pasa por la cabeza.
Pero por más que lo intento…
Sólo me encuentro en lo que los demás tienen de mí.
Desde tan lejos... nunca pensé que razonaba como el resto de la gente. Desde tan lejos, nunca imaginé que pudiera acercarme tanto al presente.
miércoles, noviembre 15, 2006
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