Desde tan lejos... nunca pensé que razonaba como el resto de la gente. Desde tan lejos, nunca imaginé que pudiera acercarme tanto al presente.

jueves, julio 20, 2006

Piel de gallina

Mira hacia el infinito. No, no me mira. Sí, si me está mirando. No, ahora no. Sí, ahora parece que sí. Me pregunta con la mirada, me inquiere, me pide algo. No sé. Es su mirada, me confunde. Parece que me adivina el pensamiento.

Sigue ahí, mirándome. Sigue inexpresando algo. Me molesta. Me aturde. No sé que hacer con las manos. No puedo apartar la mirada, y cuando lo hago, vuelvo al segundo a mirar en la misma dirección.

Ya no me mira, pero la miro.

Me mira.

Rehúyo la mirada. ¿Qué pasa? Me pongo nervioso. Me gustaría ponerme de pie y marcharme. Pero no puedo. ¿Qué pretende?

Otra vez, otra vez me inquiere con la barbilla. Le respondo con cara desencajada arqueando mis cejas. Nada.

Un frío escalofrío recorre mi piel. Siento la camisa pegada por el amargo sudor en mi espalda. Ella se levanta y se siente en el único hueco libre que quedaba en el banco, justo delante mía. Me sigue mirando.

Son unos ojos claros, azules, de un color ártico, helado. Sostengo la mirada unos segundos, los suficientes como para que un repentino temor me inunde otra vez. Es el mismo demonio.

Y sigue ahí, mirándome. Hasta que de repente se levanta, se acerca. Mi corazón late al doble del ritmo de los pasos que la acercan a mí. Quiero irme. Pero no puedo. Ya está ahí. Le queda muy poco para tocarme…

Y con un gesto inexpresivo, me pone la mano en el hombro y espeta: Eh, chaval, que llevas la bragueta abierta…

2 comentarios:

illa dijo...

XD Tantas miradas no eran normales. Quiero decir..siempre hay uno que al final esquiva por verguenza o corte, ¿no?:P

jAVieR dijo...

A mí, y no quiero que suene a cachondeo, lo que me pone nervioso es que me mire un estrábico. Es una situación embarazosa: me está mirando a mí, a otro... Me pasó en aTOCHA con una cajera que hay y no fue agradable.