Realidad social

Barranquilla, Colombia, carretera abajo. Parecía que le iba bien esperando siempre lo mejor de la gente. Parecía que el riesgo merecía la pena. Y de pronto, todo estaba cubierto de barro. En un instante, el riesgo fue peligro, y el peligro, sangre.

Un golpe seco. Una vida que pasa por la cabeza. Recuerdos que dejaran de serlo, para convertirse en la película que proyectarán los cines de aquí a un año...

Ayer no cuenta, porque no hay tiempo para tenerlo presente. Mañana no existe, porque no hay quien quiera tenerlo en cuenta. Para que pensar en progresar, si el progreso está en busca y captura.