Al doctor le bastó media hora de preguntas para realizar su diagnóstico. Hacía ya más de tres meses que su vida se resumía en una suma de rutinas diarias. Empezó a confundir la realidad con el sueño, y dejó de prestar atención a sus proyectos.
- Falta de motivación. Espetó.
No conseguía sacar a flote sus sentimientos. Por primera vez en más de cuatro años, notó el peso de la soledad en su espalda. Como un saco de piedras. Los apoyos que le sostenían se esfumaban en quimeras. Sólo. Sin ilusión. Como el autostopista que espera en la cuneta a que le recojan.
No es la espera. Es esperar sólo.
Desde tan lejos... nunca pensé que razonaba como el resto de la gente. Desde tan lejos, nunca imaginé que pudiera acercarme tanto al presente.
viernes, febrero 09, 2007
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